Y es que, al que siembra este suelo de rosales, de poesía, de esperanza y de alegrías,de fortaleza y de consuelo....,y al que da a sus hermanos cariño, consejos sanos y palabras bondadosas....,le queda siempre en las manos algún perfume de rosas. José Mª Pemán
sin demasiadas tempestades
ResponderEliminar¡¡¡que alegría me das!!! había perdido el enlace de tu blog y no me acordaba del título, sí de la tortuga, pero del resto nada, y estaba dispuesta a enviar un email al organziador del Villablog para localizaros. ¡que bien!, te enlazo ahora mismo, ya estás en mi "salón". Espero que nos sigamos leyendo muchísimas más veces.
ResponderEliminarEn cuanto al texto de Pemán, lo malo es cuando esas rosas perfumadas tienen la huella de las espinas...
Un beso. Ahora localizaré a Pastora.