
Reunión en casa de un pintor de Sao Paulo que vive en la ciudad de Nueva York.
Hablamos de ángeles y de alquimia. En un momento dado, trato de explicar a los otros invitados, la idea alquímica de que, cada uno de nosotros contiene dentro un universo entero y que es responsable de él.
Escojo, cuidadosamente, las palabras, pero no consigo causar una impresión favorable; el pintor, que hasta ahora ha estado escuchando en silencio, pide a todos que miren por la ventana de su estudio.
-¿Qué es lo que ven?
-Una calle de Greenwch Village- responde uno.
El pintor pega un papel al cristal, de modo que ya no se puede ver la calle.
Con una navaja, recorta un pequeño cuadro en el papel.
-Y si alguien mira por aquí, ¿qué verá?
-La misma calle- dice otro invitado.
El pintor, entoces, recorta varios cuadrados en el papel.
-Así como cada agujero de este papel contiene la misma calle, cada uno de nosotros contiene el mismo universo- dice.
Y todos ¡rompemos en aplausos! ante la bella imagen que nos ha sido mostrada.