IMPRESIONES DE UNA TORTOGA

TODOS VIVIMOS BAJO EL MISMO CIELO, PERO NO TODOS , TENEMOS EL MISMO HORIZONTE

martes, 1 de junio de 2010

COMO DIOS MANDA

Hace mucho que no aparezco por aquí, seguramente, ya, nadie se acordará de mí, sin embargo reaparezco, como el ave fenix, de mis cenizas. Han pasado muchas cosas, he leido varios libros, algunos murieron, algunos nacieron, unos fracasaron y otros tuvieron éxito, en un" pis pas" la vida pasó, a veces me tocó, a veces me rozó y otras me dejó tan indiferente que tuve miedo de haber perdido mi sensibilidad. Pero no, no la he perdido, esta mañana, cuando me dirigía a la piscina (lo de la piscina lo contaré en otro momento, quizás) me sentí horrorizada cuando me encontré siete pajaritos medio muertos en el suelo con sus respectivos nidos destrozados, estos nidos, en la parte de arriba de un tendedero, seguramente le manchaba la ropa a los inquilinos y no tuvieron otra opción que romper los nidos sin tener en cuenta si los pajaritos (inquilinos tambien) ya habían aprendido a volar o no. Se me partió el alma en siete pedacitos ¿qué podía hacer yo? ¡nada! y seguí mi camino con el dolor tras mi sombra. Se me olvido cuando llegué a mi destino. Pero quedaba la vuelta por el mismo recorrido, seguía si acordarme de los pajaritos cuando de pronto me encontré con un nido vacio en suelo, bajo un arbol y ni rastro de animalitos, éste se habría caido sólo, porque ya no lo necesitaban sus dueños, lo recogí y me lo llevé por si, aún quedaba alguno vivo y sí, quedaban vivos tres de éllos, los cogí y los lleve a casa, seguro que morirán pero al menos tendrán una muerte digna, en un nido, como Dios manda.