IMPRESIONES DE UNA TORTOGA

TODOS VIVIMOS BAJO EL MISMO CIELO, PERO NO TODOS , TENEMOS EL MISMO HORIZONTE

viernes, 4 de febrero de 2011

DE DONDE VIENE UNA FOBIA





Haciendo un poco de historia regreso a mis cinco años.

A mi madre le estaban haciendo un abrigo en un pueblo un poco lejano del lugar donde vivíamos y por aquella época no había muchos medios de transporte, en realidad, no había más que burros, caballos, lleguas y algún que otro tractor del Patrimonio Forestal del Estado (lo que hoy es el Medioambiente, más o menos) bueno, pués resulta que, mi madre debía ir a probarse el abrigo y como estaba un poco alejado decidieron ir en el remolque del tractor, el cual servía para todo tipo de cargas y la última había sido de cal, aquellos terrones de cal que cuando se echaban en agua herbían como un volcán.

Mis padres y yo nos montamos, con nuestras sillitas, en el remolque y con el viento, a mi madre le cayó en el ojo una motita de cal, la cual no se le íba con nada, tanto es así que la pobre, cuando llegamos a Repilado (nombre del pueblo) llevaba el ojo hinchado como una pelota de pin_ pon.

Cuando la costurera le vió cómo estaba el ojo sacó un remedio natural de lo más recóndito de su mente, le dijo:_ tome usted un botón de nacar y métaselo en el ojo, el botón arrastrará la motita y se vendrá con él.

Así fué y así pasó. Mi mente infantil recogió aquella imagen monstruosa del botón moviéndose dentro del ojo de mi madre y se le quedó grabada a fuego. Desde aquél momento los botones cobraban vida fuera de su lugar lógico, verlos fuera de lugar, caidos en el suelo, en una taza, en la boca de alguien momentos antes de coserlos, etc, supone para mí...¡un ASCO! que, a día de hoy, pasados más de cincuenta años, no he podido superar.

He conseguido cogerlos y coserlos por necesidad, pero paso un mal rato.

Si voy a una casa y veo un botón en una taza, por favor ¡que no me inviten a un café! (hay gente que los pone en cualquier sitio a la espera de colocarlo, para que no se les pierda).



Este es EL NACIMIENTO DE UNA FOBIA. El resto ya lo sabeis.

16 comentarios:

  1. No sabía que existía esta clase de fobia.
    Te dejo un cordial saludo.

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  2. El miedo a los botones es una fobia mucho más corriente de lo que piensas. Incluso abarca todo lo que tiene su forma o recuerda a ellos(monedas, chinchetas...) y tiene un nombre cientifico complicadillo la "Koumpounophobia" o "fobia boton"

    Pero despues de leer tu historia la verdad es que deberías adorar los botones, el remedio de esa costurera le salvo el ojo a tu madre.

    Si hubiesís echado agua en el ojo con la mota de cal dentro, la cal hubiera entrado en ebullición al contacto con el liquido y le hubiese quemado la cornea. Fue muy afortunada la acción de ese boton.

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  3. Bueno a veces no podemos superar ciertas cosas que nos causaron tanto miedo...gracias por compartir un poco de ti...feliz fin de semana..recibe un enorme abrazo deseandote lo mejor de lo mejor siempre

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  4. Dicen que los traumas se elaboran y curan... al hablar de ellos. Creo que compartirlo con el mundo ha sido muy valiente de tu parte y ni te asombre que pronto veas un botón y ni te inmute.

    Saludos y buen fin de semana, guapa.

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  5. Como amiga a la que aprecio y tiene un blog genial con el que me identifico en muchas vivencias (en lo de los botones, no). Bueno que tienes una copa para recoger y una mención, y algún secretillo sobre mi.

    Besitos.

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  6. Si que es raro. Del mismo modo podía haberse convertido en un fetiche, dados los buenos resultados en el ojo de tu madre.

    Un abrazo

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  7. Hola! Soy nuevo por esta, tú casa.
    ¡yo también soy fóbico!...agarofobia creo que se llama mi “mal” descubierto hace apenas un año por un “prestigioso” neurólogo, ¡oye! Me mando unas pastillitas que me han ido fenomenal….o quizás haya sido mi cerebro que se lo ha creído….eso nunca se sabrá.
    Saludos Juan A.

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  8. Hola¡ Yo también soy nuevo por esta tu casa, verás neuri a recomendado tu blog, y desde luego que no se equivoca a decir que eres una mujer llena de sensivilidad, me voy a quedar por aquí, con tu permiso claro.

    un saludo

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  9. Caramba lo que es la mente, querida tortuguita. Como ha dejado esa huella tan fuerte en tu mente esa anécdota tan especial, pero es que además la recuerdas con precisión...increible.
    No te preocupes, te invitaré a un café y estoy más que segura que no encontrará un botón más que en el costurero si lo mirás.
    Un besito.

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  10. Hola tortugita , ahora se el por que de esa fobia y la verdad es que no me extraña , los perores recuerdos son los de los niños cuando son pequeños un beso de pitufa.

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  11. Ya me he enterado de donde te venia la fobia de los botones, me picaba la curiosidad desde el otro día en que empezaste con el tema.
    No debe ser plato de buen gusto esto de las fobias, yo creo que no tengo ninguna, claro que a lo mejor yo soy una autentica fobia, jejeje.
    Un abrazo

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  12. Para leer esta entrada, me fui a ver la anterior. Decirte que estoy perpleja es poco, jamás se me ocurriría pensar que podría existir la fobia a los botones. Supongo que tiene que ser horrible, porque siendo los botones algo tan cotidiano, te dispara la fobia sin remedio.
    En cambio a mí me enferman las cucarachas ¡por favor! De sólo pensarlas, el asco me supera :(

    Besos y abrazos, Tortu.

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  13. ¡Hola, Tortuga!. Interesante explicación!, creo que de ahí viene tu fobia, sin duda. Mirando el lado positivo, Neuriwoman tiene razón..., le salvó el ojo. :)
    Yo tenía una amiga que le tenía fobia a los guantes, veía uno y se ponía mala. Es curioso el tema de las fobias.

    Saludos!. :)

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  14. Qué curioso tortuga. Hay que ver, oye. El caso es que sabiendo que aquel botón de nácar le hizo bien a tu madre, aún hoy( y razonando la fobia) , estés tan crispada con los BOTONES.
    Es rara esta fobia pero bueno. Todo tiene un porqué.

    Un abrazo de Mos desde su orilla.

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  15. Parece mentira pero efectivamente cualquier cosa puedo convertirse en un trauma y así en una fobia.
    Amiga tortuga te informo como me comprometí, que ya hay fecha para la celebración del II Villablog. Será el 9 de abril, pronto comenzará la inscripción. Un saludo

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  16. Yo también tengo fobia a los botones. Eso me pasa des de que era pequeña, a los 4 años o por ahí. Mi madre me comprava vestidos y ropa muy "bonita" y elegante, pero cada vez que me queria vestir con esto me ponia a llorar y me enfadava mucho.
    De pequeña no podia ni tocar ni ver a NINGÚN botón. Ahora, con 20 años, ya uso botones tipo los de los jeans. Los otros no los puedo ni ver, ni tocar. Me dan asco y repelus! Los que son totalmente planos, es decir, sin agujeros como por ejemplo los que son de ropa, aun puedo tocarlos, aunque con mucha fuerza de voluntad. Pero los botones que tienen 2 o 4 agujeros son insoportables!Esos no los puedo tocar. Si accidentalmente o involuntariamente toco uno, tengo que ir a lavarme las manos con jabón. Aunque, si no tengo a disposicion agua y jabón, tengo que frotar el dedo/los dedos con los que he tocado el boton, en alguna superficie rugosa para no sentirme "sucia".

    Todo eso es muy raro. Yo la verdad es que no se de donde me proviene esa fóbia y mi familia tampoco. Ellos no recuerdan que yo tubiese ninguna mala experiencia con un botón...

    Me he alegrado mucho saber que no soy la única con ese problema. Siempre que lo he contado a alguien me han dicho que estaba loca! Al menos ahora sé que hay gente como yo.

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