No recuerdo un beso de mi madre cuando yo era pequeña, no recuerdo un abrazo o un achuchón.
Tengo en mi mente orfandad imaginaria.
Mi mochila de niñez fué cargada de tristeza y de temores.
Ésa mochila se hizo más pesada en la adolescencia. Comencé a guardar en élla frustraciones y silencios.
Quién sabe si tuvé que cargar con las frustraciones ajenas.
¿He absorvido sólo lo negativo?
¿Me lo he inventado?
No lo sé, pero fuí forjando un caracter que no me pertenecía.
La falta de cariño la busqué equivocadamente. La necesidad de un abrazo hizo que abrazara, la necesidad de Amor, hizo que yo amara (me lo creí).
Cuando fuí saliendo de la adolescencia y comenzó el verdadero camino de la madurez, mi forma de actuar era de rebeldía, de luchar contra corriente, aunque no me gustaba ser como era, porque no me gustaba mi yo interior.
Entonces mi mochila se fué llenando de soledad.
Y comenzó un camino duro, dificil, lento, de aprendizaje doloroso.
Me flagelé.
Me sublevé.
Intenté ser yo por encima de todos y de todo.
Esto no ha sido facil.
He ído quitándole laste a mi mochila y ahora...con los años, viajo...ligera de equipaje.
Ya no me siento culpable de las frustraciones de nadie y mucho menos de las mías.
Ahora soy ¡¡yo!!. Soy libre.
"La soledad no es tan triste. Ser, es también, no haber sido.
(Jorge Guillén)
Poeta
Tremendo primer párrafo.
ResponderEliminarLo bueno es la conclusión y el reconocimiento de vida que te ha llevado hasta ella.
Un beso.
P.E. En otras circunstancias, pero qué me gustaría tenerlo tan claro.
Es un gran reto conseguir viajar tan ligero de equipaje en esta vida, siempre llevamos alguna culpabilidad escondida, algún deseo no escrito por si acaso otros lo leen, algún pequeño rencor estúpido que debimos olvidar y perdonar hace tiempo. Disfruta de esa libertad y no la dejes por nada, pero en particular, no dejes de ser tú aunque a veces no te gustes pues nadie es perfecto y son esas imperfecciones los que nos hacen únicos. Besos.
ResponderEliminarMIARMA: puede parecer temendo, pero es cierto.
ResponderEliminarLISSET: gracias, lo has dicho perfecto.
Te digo lo mismo que Lisset, nunca dejes de ser tú y sé feliz con tus virtudes y tus defectos.
ResponderEliminarUn saludo.
LOTO: gracias, también.
ResponderEliminarTORTUGA:
ResponderEliminarHaces bien en deshacerte de esa mochila. Guarda lo bueno y a la basura del recicleje lo malo.
Salu2.
Sigue, sigue amiga tortuguita por el sendero de la vida. Vacia tu mochila del lastre que te hunde en el suelo, de lo que te hizo sufrir: de las tristezas, de las amarguras; llénala de todo lo que te hace crecer, por dentro y por fuera: el amor, la amistad, la solidaridad, el perdón y recuerda siempre las palabras de mi paisano el poeta:
ResponderEliminarAl andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar...
Un beso muy grande.
DYHEGO: ¡¡arriba el reciclaje!!
ResponderEliminarTRIANA: ¿cómo olvidar este maravilloso poema?..."caminante no hay camino, se hace camino al andar"
GRACIAS A AMBOS.
Yo creo, mi Tortu, que todos a nuestro alrededor cumplen un rol importante y específico en nuestra vida.
ResponderEliminarSi tu mamá era tan desapegada, seguramente habrá sido por vivencias de ella, que la habrán llevado a ser así; muchas veces repetimos el modelo recibido y otras por el contrario nos rebelamos y somos exactamente lo contrario.
La cosa es que no deberíamos ser ni igual ni opuesto al modelo.
Recuerdo que porque mi papá era muy machista yo era el colmo del feminismo, estaba como obligada a ejercer un papel que me hizo sufrir, porque tenía una beba muy chica y con problemas, y no podía dejar de trabajar y dedicarme a ella para no ser "dominada", "subyugada" o "maltratada" por ser ama de casa. Mochilas, como bien vos decís.
Luego de ver muchos casos -que no estaban ahí de casualidad, seguramente- de chicas amas de casas chochas de la vida con su bebé, vi que no era tan malo y me tiré a la pileta. No te puedo explicar lo que fueron esos 6 años sin trabajar con mis bebas, y mi marido jamás de los jamases me maltrató ni mucho menos.
Rescato de todo esto que somos quienes somos... gracias a las cosas que nos pasaron y debimos superar. Sin ellas, simplemente no serías la linda e interesante Tortuguita que yo conozco.
Te dejo un beso!!
La verdad es que a veces es duro asumir que el único proceso de crecer e incluso aprender, es este…
ResponderEliminarSi me preguntan si volvería el tiempo atrás, siempre pienso que lo haría pero querría hacerlo sabiendo lo que sé ahora…
Pero no, es imposible y además una tontería, no hay que volver atrás para nada, demasiado es concentrarse en el presente.
Kisses
Mi querida RED: me quedo con el último párrafo, porque resume muy bién, lo que podemos llegar a ser y GRACIAS por tus palabras, sensatas, como siempre.
ResponderEliminarGATA ROMA: es cierto, ése es el camino y dicen que para atrás... ni pa coger impulso. GRACIAS.
Ciertamente, venía leyéndote abrumado, con una pesadez dolorosa al presentir a mi amiga maltrecha y triste ¡pero al final! También he saltado de contento al verte liberada, seria, sobria y madura.
ResponderEliminarMil gracias por el alegrón final. Mereces mucho, mucho de la vida y sobre todo ¡felicidad y cariño!
Un abrazo.
JULIO: gracias por tu generosidad.
ResponderEliminarLa vida es un constante aprendizaje, Tortu, algunos aprenden antes que otros, pero siempre se termina aprendiendo, quien no lo hace peca de necio. Cada quien tiene su propio lastre, su propia mochila, pero lo importante es ser nosotros mismos, reconocernos y amarnos.
ResponderEliminarEstoy feliz con tu libertad :)
"¡Libertad! La única que trasciende entre las llamas
las fronteras del infierno..." (LCG)
Un beso enorme, Tortu querida.
ojalá esa mochila ahora este llena de felicidad, amor y amistad querida y respetada amiga. A veces tenemos que vaciarla de cosas negativas y pesadas que vamos acumulando en ella en el transcurso del sendero recorrido porque si no nos sería muy forzoso y doloroso llegar al final de el.
ResponderEliminarMuchos besinos de esta amiga admiradora que te desea con cariño feliz domingo princesa.
LILIANA: GRACIAS,la frase ...¡IN-PRESIONANTE!.
ResponderEliminarOZNA: GRACIAS Y feliz semana.
Hola tortu, no se muy bién si estás describiéndote a ti o es imaginario de una realidad que ocurre muy a menudo. En cualquier caso, me ha gustado mucho como describes las frustraciones que una persona puede arrastrar desde su más tierna infancia, unas veces por que se muestra dejadez y otras por que no se sabe muy bién como querer.
ResponderEliminarBesos.
ROSA: vamos a quedarnos con la incertidumbre. GRACIAS.
ResponderEliminarMi querida tortuguita, qué preciosa, sincera, realista y triste entrada. estoy fascinada de lo mucho que estas evolucionando en la cuestión de contar y compartir tus sensaciones y sentimientos...te admiro, eres valiente....eso también lo llevas en tu mochila y, tal vez, te esté ayudando a ligerar el peso.
ResponderEliminarMil gracias por compartir tan profundos sentimientos. Un beso enorme
SUSANA: GRACIAS,tus palabras me alientan.
ResponderEliminarHola tortu. pásate por mi blog , hay una cosita allí para tí.
ResponderEliminarBesitos.
Tu mochila empieza llenarla de cosas positivas.Que maravilla Tortuguita, esta entrada, llena de tristeza y belleza a la vez.A la mochila con ella.Un saludo
ResponderEliminarEs curioso como nuestra infancia nos marca para el resto de la vida, tortuga. Yo, un poco o mucho como tú, también tuve carencias afectivas y temores pero la vida continúa y vamos avanzando con ayuda de los que nos quieren. También nosotros aprendemos a dar amor, a querer, a dar achuchones y decir palabras bonitas pero, sobretodo, lo hacemos desde el sentimiento sincero.
ResponderEliminarY pasan los años, amiga tortuga. Y estamos vivos, más o menos felices, con los muestros, con lo que nos gusta y nos hace sentir bien. Y somos únicos, tortuga. Y soñadores e idealistas por siempre.
Somos nosotros y nuestras circunstancias.
Un abrazo de Mos desde fuera de su orilla.