Recuerdo los TBOS, los cuentos de hadas, el Capitán Trueno y muchos más.
Después en la adolescencia llegarón las novelas de Corín Tellado y las fotonovelas, en éllas conocí a Silvia Tortosa y María José Cantudo, personajes que, a día de hoy, sigen en el candelero.
La fotonovela fué una verdadera revolución, puesto que veíamos a los personajes y queríamos seguirlos en todo. Dícese: su forma de vestir, de peinarse, hasta deseábamos vivir las mismas historias de amor con el mismo final feliz.
Mis abuelas habían sido amantes de la lectura y la escritura, eran de las pocas mujeres que sabían leer y escribir en aquella época (principio de siglo XX), ése siglo que queda tan lejano en el tiempo y al que todos pertenecemos. Mi padre aprendió sólo, porque intuyó que para su futuro le sería nececesario, como así fué, pero mi madre, no tuvo oportunidad , ni voluntad.
Nunca le perdonó a su madre que no la enseñara a leer ní a escribir correctamente (siempre supo "para su avío") y yo..., siempre tenía que estar leyendo, aquello era para mí ¡libertad|.
Por motivos que no vienen al caso, no aprobé el acceso al bachiller y mi pandilla se esparció por el mundo sin mí. Me quedé sola con mis traumas y mis complejos a años luz de lo que era mi sueño: conocer y aprender.
Cuando mis amigas venían de vacaciones, hablaban de un tal Calderón de la Barca, Rosalía de Castro, Gutierrez de Cetina, Becquer, Lorca, Machado, Alberti, etc., etc., gente importante que tenían que leer, obligatoriamente, para conocer la literatura y la Historia misma de España.
Tenía dos opciones: seguir ciega en la ignorancia o, me ponía las pilas y comenzaba a leer a esos "personajes". Opté por la segunda opción y, en poco tiempo, mi habitación se fué llenando de cultura, de ventanas al exterior de un mundo nuevo.
Entonces se me presentó un problema con el que no contaba, ¡tenía que leer a escondidas!, mi madre se ponía enferma cuando me veía con algo en las manos que tuviera letras. No soportaba verme leer y siempre me estaba buscando ocupaciones de forma que no me quedara tiempo libre para hacer lo que más me gustaba.
Hoy, han pasado muchos años y he leido mucho.
Hace unos días me compré una revista de Bucay (Mente sana) y leí un artículo titulado: "Leer para sentirse conectado".
"Leemos para saber que no estamos sólos", dijo el escritor C. S. Lewis.
Al parecer y según estudios psicológicos, uno de los motivos que nos empuja a leer es que, al hacerlo, nos sentimos, psicológicamente, conectados a la comunidad de personajes descritos en las narraciones, de una manera tan estrecha como la podemos sentir en la vida real.
En definitiva: leer satisface una necesidad básica en el ser humano ¡la de dependencia!.
Volé alto con Juán Salvador Gaviota, conocí los amores imposibles de Becquer, lloré con la desgraciada vida de Ana frank, ví cómo se construian las catedrales del Mar y los pilares de la Tierra, me senté a meditar con Shidarta, subí al Tibet, bajé al fondo de la Tierra,surqué los mares y descubrí nuevos mundos. He aprendido a amar los animales, he descubierto tesoros lejanos, he sufrido los horrores del holocausto, las guerras, los amores, etc., etc.
En definitiva he pertenecido a miles de mundos si estar en éllos.
He padecido cien años de soledad y vivo en un mundo sin fín.
Pues me alegro, querida tortuga, que no hayas abandonado la lectura desde los cuatro años.
ResponderEliminarSé que gracias a ella has descubierto mundos insospechados y fantásticos sin salir de casa.
Has reído, has llorado, has soñado, has sentido multitud de sensaciones y te has hecho mejor persona gracias a tus lecturas, no te quepa duda. Además, casi sin darte cuenta has adquirido una cultura que siempre viene bien.
Creo que, en el fondo, a tu madre le daba envidia de verte leer y no poder hacerlo ella.
Un abrazo de Mos desde mi orilla.
Mi querida tortuguita pues me parece que hemos sido compañeras en montones de aventuras, de viajes, de romanticismos, de tristezas y alegrías...porque los libros son mundos únicos que hemos podido compartir.
ResponderEliminarMe alegro que te guste leer tanto como a mí.
Un beso muy grande.
Querida Tortuga gracias por compartir estos recuerdos de lecturas, revivi los mios. Un abrazo
ResponderEliminarYo no comprendo como puede haber gente que no ha leído ni un solo libro en su vida y como pueden seguir en su ignorancia.
ResponderEliminarLeer es enriquecer tu vida sin limites, es vivir miles de vidas, estar en miles de lugares, sentir miles de sensaciones. Me alegro que hayas podido saborear todo esto y mas.
Un beso.
A mí a veces me sorprende la conexión tan enorme que siento con autores o personajes de siglos remotos… pasa el tiempo pero muchas ideas y sentimientos son siempre los mismos.
ResponderEliminarNo dejes de leer
Kisses
Está genial, Tortu, que hayas descubierto el placer de la lectura.
ResponderEliminarYo solía leer más antes de descubrir esta octava maravilla que es la World Wide Web.
Solía tener un momento sagrado en la cama, con mi libro y un te. Pero ahora no puedo, me duermo a los tres renglones más o menos...
Besos!
Creo que te dejé un comentario a esta entrada, pero como ando un poco atontaillo ultimamente, seguro que al final no me decidí. Seguramente porque me puse a rebuscar mis antiguos libros y tebeos, a ordenar el estante, que siempre tengo desordenado, donde aguardan mi "viajes" y mis "aventuras". Pero bueno, de vez en cuando, me asomo por tus páginas para disfrutar.
ResponderEliminarPor cierto, ¿se te olvidó las aventuras de El Jabato?. ¿Y de Roberto Alcazar y Pedrín? Bueno a estos últimos vamos a dejarlos.
Un daludo Tortuguilla.
Hemos coincidido en muchos libros y ahora en muchos de los blogs, y también con el Capitán Trueno, un saludo.
ResponderEliminarinfinitas gracias por hacernos participes de tus bellos recuerdos querida amiga y dulce poeta, besinos de esta amiga admiradora.
ResponderEliminarEs lo bueno de la lectura, que no hay límites, Tortuga.
ResponderEliminarSaludos.
Hola tortuga, comparto tu amor a la lectura y mis comienzos fueron muy similares a los tuyos, leo desde que aprendí a leer, que fue muy temprano y devoraba cuantos tebeos y cuentos caían en mi mano, y cuando terminaba iba al kiosko a cambiarlos por otros, pues entonces funcionaba el intercambio. ¡Qué tiempos!, me has hecho revivirlos. Bonita entrada y reflexies.
ResponderEliminarTe dejo una frase de Santa Teresa en la que alude a la libertad que se consigue con la lectura, tal como tú lo expresas:
"Lee y conducirás, no leas y serás conducido"
Besos
Hola tortuguita , se te olvida , el libro del monje que vendio su ferrari , que tan bien lo as leido , segun dijiste un día , yo en casa de mi abuela tan bien vi , las fotonovelas y de mi padre tan bien , vi algunos comics del jabato y el capitan trueno , de hecho tiene la coleccion entera y son 8 tomos , un beso de tu amiga Lm , la entrada de hoy mea gustado mucho ,gracias por compartir .
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