LA CHICA DE LA SONRISA CONGELADA

Allá por el año 76, más o menos, vivía con varias compañeras de piso en la avenida Doctor Fedriani de Sevilla, y en los pisos de enfrente sentaban todos los días a una chica con síndrome de Down, en el balcón, en una sillita baja, que , a mí, personalmente, me llamaba la atención y me daba qué pensar. Fué entonces que le hice este poema, nunca la conocí ní supe cómo se llamaba, pero nunca la olvidé y aquí dejo constancia de éllo.



Sentada sobre el mundo ríe la indiferencia
le dá el calor en las sienes
no siente el dolor que tiene
padece sin sufrir
no sé si espera algo
¡no lo parece! y sin embargo.....
la aguardan no sé donde
¿lo sabrá élla?
¡la voz es tan lejana!
¡ su presencia tan fría!.

El mundo pasa bajo sus pies de nieve
¡y llora y grita y revienta!......
la sencillez de una vida ní se entera
y sentada en una silla, placentera
ní sufre, ní siente, ní padece
éso, al menos, nos parece
pero... ¿quién sabe?
si ésa mente parada e inerte
que nos mira sin vernos,
ésa sonrisa viuda del chiste,
ése grito que se agarra a su garganta
y desgarra sus sentidos sin tocarlos
¿quién sabe?.....si no nos compadece.


Éste poema (o lo que séa) pertenece a mi libro inédito llamado: Impresiones de una Tortuga.
Aunque en el horóscopo nuestro soy Tauro y en el chino Serpiente, me considero tortuga por lo lenta que llego a ser en mis reacciones, sobre todo en el hecho de aprender, aprendo muy despacio, cómo sin prisa, aunque la tenga.
Si os gusta ésta os iré "martirizando" con otras de éste mismo libro y de otro (también inédito) llamado: Dedicatorias.