El fín de semana ha sido largo....¡muuuy laaargo!, porque 24 horas no pasan de igual manera en todas las situaciones. ¿Existe el tiempo?¿cómo hay tanta diferencia, según qué circunstancias?.
Este "finde"me tocó cuidar a mis padres y he terminado exausta. (Ya sabeis que a mi madre hay que cuidarla como a un niño pequeño, pañales, comida, etc.) Mi padre, quiere colaborar y el pobre, estorba más que ayuda, pero....¿quién se lo dice?.
Me formé un lío con la silla, la grua de levantarla y mi padre, que los chorreones de sudor me resbalaban por la frente yendo a parar a las gafas, cuando íba consiguiendo mi objetivo de sentarla.....¡imaginar algo, un tanto escatológico!, la tuve que dejar, literalmente, colgada un rato y vuelta a la cama para limpiarla. Le he dado más vueltas que a una croqueta. Me acordé del amigo Naranjito, que tiene tanta gracia, para darle comicidad a situaciones, un tanto complicadas y para suavizar la situación, se me ocurre contarle a mi madre lo de la gata Lola y la paloma, ¡qué susto! casi se me ahoga de la risa. Lo terminé de arreglar con el comentario de AdP ¿qué había hecho con las otras seis vidas?. No os podeis imaginar todos riendo y mi madre colgada de la grua.
Pasado éste momento, que fué para "los videos de 1ª" ¿os acordais?, me fuí al lavadero a poner la lavadora (valga la redundancia) y, al lado tiene mi padre un cuartito con parte de sus recuerdos.
Libros amarillentos por el tiempo, ése tiempo que no está claro si existe o no, pero que es inexorable y hace extragos en las personas y en las cosas.
Novelas del FBI amarronadas por los años.
Periódicos con aspectos de quemados, donde han quedado obsoletos los anuncios y olvidadas las noticias.
Máquinas de fotos pasadas de moda, pero que fueron "de última generación" en su momento.
Unos prismáticos, no...¡sus prismáticos! ésos con los que divisábamos los Picos de Aroche, cuando nos llevaba a La Contienda ( una finca enorme de monte y matorral donde se hacían grandes monterías de javalíes) no sé si se siguen haciendo. Allí me enseñó mi padre un monte donde todo era orégano ¡lo juro!.
Las Contiendas cogian tres pueblos y dos paises, Encinasola, Aroche y uno portugues que no recuerdo el nombre. A veces, nos sentábamos en un mojón de linde con un píe en Portugal y otro en España. Aquello, siempre nos hacía ilusión, pero con lo que, realmente disfrutaban mis hermanos, era, cuando con los piés en España llegaba la meada a Portugal. Éso era inaudito, se lo pasaban en grande.
Dentro de Los Picos de Aroche, creo, hay una finca llamada Las Peñas, que es impresionante, allí sí que usábamos los prismáticos, era fantástica la visión que se tenía. Costaba subir, pero llegábamos con la ayuda de Juán Rizo, que conocía aquello como la palma de su mano. Con las aguilas reales sobre nuestras cabezas, la bajada era bastante divertida: nos sentábamos en las hojas secas y nos dejábamos resbalar.
Había una amplia cueva, donde se escondieron, algunos "rojos" cuando la guerra y allí hicimos más de una candela para asar el magro exquisito de la sierra y las salchichas de aguardiente. Un día, mi hermano con "el ansia joiaporcula", que diría él, se quemó la boca con un ascua que íba prendida a la salchicha.
Cogíamos madroños que no nos comíamos, porque, al ser silvestres, eran bastante ácidos, pero el placer de cogerlos.....no nos lo quitaba nadie, ní los jabatos, siendo su comida preferida.
También he visto en el cuartito, un transistor, donde siempre oí RNE, que era lo que mi padre escuchaba. Yo, he seguido la tradición, pero, sólo los fines de semana (los que puedo) escuchando, que no oyendo, a mi Pepa Fernandez y mis "amigos" de toda la vida: Íñigo, Aberasturi y don Pancracio Cebrian, entre otros.
¡Ahora! lo que me hizo llorar de emoción, fué ¡la cantimplora!,ésa cantimplora, que lo acompañó en tantos fuegos (algún día contaré lo de los fuegos), la que nunca olvidó traérmela llena de agua de cualquier manantial, en cualquier sierra perdida.
Lo pienso y me dá sed, sed de aquél agua fresca y dulce salida de las entrañas de la tierra, exclusivamente para mí, sed de recuerdos que evocan algunos objetos, que se quedan ahí, como inexistentes, cómo invisibles, hasta que un día los descubres y te hacen retroceder en el tiempo. Ése tiempo que yo, sigo sin saber si existe o no.
No quiero cansar al personal, pero amenazo con una 2ª entrega de los recuerdos del cuartito de mi padre.
Hay que ver lo que dá de sí un fin de semana, a veces, ¿verdad?.
Pues sí, caramba...¡qué fin de semana tan especial! Hay veces que es hermoso eso de los recuerdos, sobre todos cuando son de cosas que nos traen ternura al corazón y una media sonrisa. Eso es lo que me has transmitido con los recuerdos del cuartito de tu padre.Espero la segunda entrega.
ResponderEliminarY me encanta que le busques el lado "divertido" a las situaciones caóticas, ¡qué bueno es reirse de uno mismo!
¡qué precioso empezar la semana con esta entrada tan bonita.
Besos con mucho cariño y un poquito de buen humor.
¡Vaya un finde!
ResponderEliminarSalu2
Jo, encima veo que me tengo que poner al día con El Naranjito y todo, jejeje
ResponderEliminarMi retiro, entre otras cosas me procura recuerdos como los que cuentas… No era en la serranía de Huelva, aunque la conozco, sino porque vengo de potrear por montañas y pueblos norteños; donde a mi edad, como si fuera una niña, mi madre me ha enseñado mucho sobre frutos, árboles y plantas…
Por lo demás, tengo una tendencia brutal a guardar recuerdos y chismes varios, así que acabaré como tu padre, con un cuartito repleto, seguro.
Muchos besos y espero siguientes entregas.
En qué casa, no hay un cuartito, o muchos cajones de cosas que no quieres desdeñar me en canta leer tus entrada pues trasmiten, el dia a dia y la pura realidad........bs
ResponderEliminarEstimada Tortuga: Orgulloso está un servidor de que mis historias sirvan para alegrarte un ratito la vida a tí y a tu familia. Otra cosa, por favor no dejes de rebuscar en el cuarto de tu padre los objetos mágicos y compartelos con tus seguidores.
ResponderEliminarSobre la vieja radio, yo recuerdo vagamente un programa que era "Ustedes son formidables", creo que era en la SER.
Un saludo y lo dicho, no dejes de buscar y contarnos cosas.
Me alegro que te lo pasaras tam bien. Los recuerdos siempre estarán con nosotros aunque a veces estén escondidos y no lo podamos ver, hasta que un buen día encuentras un objeto o solo un papel y todo sale a la luz como si fuera ayer.
ResponderEliminarMe encantó tu entrada, espero su continuación.
Besos
cuando las cosas fluyen del mismo corazón, uno es capaz de correr por los mismos paisajes que has descrito y sentir el agua fresca y la sed de ese tiempo inexorable, que como la memoria, siempre escoje el camino más corto. Preciosa entrada.
ResponderEliminarTortu, yo creo que ya estas tardando con la segunda parte que no debe ser la última.
ResponderEliminarA mi me gusta una historia antigua más que comer con las manos.
Un beso
Bonito paseo por la memoria y por la vida. Gracias por compartirlo
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