IMPRESIONES DE UNA TORTOGA
TODOS VIVIMOS BAJO EL MISMO CIELO, PERO NO TODOS , TENEMOS EL MISMO HORIZONTE
miércoles, 11 de mayo de 2011
LOS CHOPOS
Los dos chopos grandes y majestuosos que hay al lado de la gasolinera, están ... como dando la bienvenida a todo el que, por diversas razones y circunstancias, visitan el pueblo.
Paso muchas veces por su vera, la mayoría de estas veces ni los miro, pues por la costumbre de verlos y saber que están ahí, paso ante éllos como zombi. Pero hace unos días, los miré y los ví desnudos, dormidos, quietos, como muertos. Aunque seguían siendo imponentes, rotundos y fuertes.
Impresionan.
Quizás, ellos, estarían mejor en un hábitad más propio de su especie, como una rivera, por ejemplo o al lado del sauce que está junto al estanque de la casa de mis sueños, pero están ahí y su existencia es sutil, casi invisible.
El asunto es, que hoy los miré de nuevo y ...¡¡oh! sorpresa!, están cubiertos de hojas , unas hojas verdes brillantes por un lado y por el otro blancas y ligeramente, bellosas.
El viento balanceaba sus hojas y parecían miles de mariposas revoloteando al unísono.
Los chopos tienen, por tanto, dos caras que se muestran según el viento que las mueve. (Éso me suena, pero en versión humana).
Cuantas cosas hay en nuestro recorrido diario que no vemos, que a fuerza de pasar ante éllas olvidamos su existencia.
A veces veo un letrero, una planta, un árbol, cualquier cosa y me digo: ¿desde cuando está esto aquí? ¡si nunca lo había visto!. El desgaste del objeto en cuestión, me demuestra que lleva en ese mismo sitio más tiempo, incluso, del que yo pueda llevar pasando por su lado.
"LAS COSAS CUANDO NADIE LAS MIRA, NO EXISTEN" (Dora Riverson)
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Eso pas muchas veces, tortuga. Y nos pasa a todos. Forma parte de esa rutina diaria que nos hace caminar por inercia, como autómatas, por caminos que recorremos a diario.
ResponderEliminarTambién hay veces que hacemos una parada, una observación de un instante, un alto en nuestro camino y en nuestras prisas. Es entonces cuando podemos ver de otra forma, profundizar más, llegar a sentir la belleza, la armonía, la importancia de las cosas sencillas, cotidianas, que forman parte de nuestro mundo sencillo y diario.
Como a ti te ha pasado, querida tortuga, con esos chopos. Has apreciado sus cambios, su resurgir tras el invierno, su aleteo con el viento.
Y otro día será tu vista la que se pose en otro punto, un pájaro, un jardín, una viejecita que ya no la ves, un perro que juega, unniño que llora, unos jóvenes que juegan, una niña que canta, un coche que pita al pasar saludándote,, la luna, el sol, una canción, etc, etc. Todo puede llevarnos a la reflexión, al reposo y el análisis. A sentir más lo que nos rodea.
Y eso también hace sentirnos bien.
Un abrazo de Mos desde mi orilla.
Perdón...Chopos, se me "fue el santo al cielo"...je je..
ResponderEliminarBesos otra vez.
Querida tortuguita qué razón tienes, hay veces que pasamos por la vida mirando sin ver. Es una preciosidad tu entrada y ese pequeño "homenaje" que le haces a esos olmos.
ResponderEliminarGracias.
Besitos.
Los chopos me caen bien, TORTUGA, pero prefiero a los cipreses.
ResponderEliminarSalu2 choperos
Tortuguita, tus chopos vigilan tu vida y tus sueños más preciados.
ResponderEliminarSeguramente ya estaban ahí cuando naciste y ahora te saludan con un murmullo deviento cuando pasas bajo sus nobles ramas y hojas.
Muy bello tu pensamiento. Tenemos que estar más alertas a los seres y objetos que sin saber nos aman y nos cuidan y nos guían.
Un gran abrazo desde copenhague en primaver,
Ian.
Amiga tortuga:
ResponderEliminarSuele pasarnos eso que tú nos cuentas en esta entrada. A menudo caminamos con nuestra rutina a cuestas y no nos damos cuenta de detalles que no miramos y que por eso no vemos. Es el caso de esos chopos pero podría haber decenas de ejemplos en cualquiera de nosotros. Hasta que un día, sin saber muy bien por qué, nos fijamos y nos hace pensar y recapacitar.
En cualquiera de esas situaciones, de esos días, es cuando, por ejemplo, vemos jugar a unos niños en el parque, una anciana tomar tranquila el sol, nos fijamos en lo guapo que está el campo, o el niño de tu vecina, lo vieja que está la iglesia, vemos a la juventud y la vida que rezuman por sus poros, un perro que corre tras un palo que le lanzan, el canto de los pájaros, los rosales que se abarrotan de flores, el conductor de autobús, los ancianos en la plaza, la música que suena de una ventana cercana, los chopos que parecen saludar, etc,etc.
Todo eso y mucho más forma parte de nuestro mundo, de lo que nos rodea, de lo más cercano y rutinario. Eso a lo que muchas veces no vemos pero que siempre está ahí.
Forma parte de la vida al igual que nosotros. Es importante también tenerlo en cuenta.
Un abrazo de Mos desde mi orilla.