Es detestable esa avaricia espiritual que tienen los que, sabiendo algo, no procuran la transmisión de esos conocimientos. (Miguel de Unamuno)
No me preocupa el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin ética.
Lo que más me preocupa es el silencio de los buenos. (Martin Luther King)
Las dos frases tienen su miga, Tortuga.
ResponderEliminarEl silencio de los que tienen conocimientos para mejorar la vida de la humanidad y se lo callan por bien propio, por avaricia de no repartir y mandar sobre ello, es indigno de esa persona. Por muy sabio, inteligente y genio que sea.
La segunda es muy cierta también. Estamos acostumbrados al ruido de los violentos, a lo que se hacen notar los corruptos, los canallas, los inmorales, los sinvergüenzas,...pero los buenos, la mayoría, permanecen en silencio. Hay que hacer ruido, quejarse, hacerse notar, protestar ante esos pillastres sin honor que quieren doblegar a la mayoría.
Un abrazo de Mos desde su orilla.
Coincido, quien sepa algo debería compartirlo, aunque claro, a veces no es buen negocio hablar de todo lo que se sabe porque te arriesgas a ser considerado un loco de atar, sobre todo en lo que a espiritualidad se refiere.
ResponderEliminarTe dejo un beso!!
Anteponer el interés propio al conocimiento altruista y universal,esta situación es normal que decepcione a cualquier alma sensible.
ResponderEliminarun saludo
Que duro es el silencio y sobre todo en el de la segunda frase, un saludo.
ResponderEliminarLa segunda frase es muy preocupante, porque en élla entramos todos y somos muchos.
ResponderEliminar¿Qué podemos hacer?.
Un saludo.
Relindo tortuguita, y verdadero. Por más que valga callar a tiempo, una cosa es eso y la otra es ni siquiera hablar, transmitir, compartir, enseñar...decir.
ResponderEliminarAmbas dos frases me encantan.
Besos y cariños.
es increible el daño que puede ocasionar el silencio.Nos has echo reflexionar tortuguita,que siempre viene bien.Un saludo
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