CANSADA, VICTIMA O EGOISTA

Estoy muy cansada, excesivamente cansada, moralmente cansada, físicamente cansada, lo dicho: muy cansada. ¿De qué? pués......no sé......., aparentemente, tengo los mismos problemas de ayer, de antes de ayer, los mismos del otro día, pero hoy, me pesan como plomo sobre los hombros. ¿Tengo derecho a entonar "el pobre de mí"?. Acabo de llegar de la piscina y andando, sóla por el camino, vengo pensando......¡no! ¡no tengo derecho, ningún derecho!. Resulta de que, estoy en un grupo de salud, (no de aprendizaje), pero que a la vez es de, "Terapia de Duelo", nombre feo donde los haya, pero me voy a explicar. Ir a la piscina cuesta un poco carillo para mi delicado presupuesto, por lo que, en principio no podía permitirme el lujo de ir, pero pasado el tiempo y, como dice el refrán:"hay que tener amigos hasta en el infierno", se dieron algunas bajas en éste grupo, que, por cierto, funciona como una asociación y entoces, una amiga me propuso el entrar, porque es más barato que los demás grupos. No perdí la oportunidad que se me brindaba y entré. El porqué del nombre? me preguntarán, pues se trata de gente que vienen derivadas del psicólogo, al que se han visto "obligadas" a asistir por tener la dura experiencia de haber padecido alguna muerte traumática, en sus carnes y en su alma que es donde se almacenan las penas con más arraigo. Hay algunas experiencias que, tú te planteas ¿cómo el ser humano puede con tanto? y ¿porqué?. Por ejemplo: un hijo que murió de cancer cuando empezaba a vivir, otro que se suicidó y su madre se pregunta:¿qué pude hacer por él, que no hice?, el que se quedó viudo cuando empezaba a disfrutar de la tranquilidad de tener a sus hijos fuera de casa, pero el caso que más me ha tocado la fibra de la sensibilidad más absoluta, es el caso de Loly: le mataron a su hijo mayor en un accidente de tráfico, dejando un niño con cinco meses, pero cuando el niño tenía trece años, murió en otro fatal accidente, mientras morían sus padres por causas, relativamente normales, murió el pequeño de sus hijos en otro accidente, terminando,(esperemos que por mucho tiempo) muriendo su marido de una grave enfermedad.
Me vais a perdonar, por haceros pasar un mal rato, pero todo ésto viene a cuento, porque creo que ésta gente se merecen un pequeño homenaje y, porque,yo, no debo quejarme con cansancios que desaparecerán con una buena dosis de sueño. Es cierto que no podemos cambiar las circunstancias de los demás y que las nuestras, también merecen un respeto, pero "no hay color". Pasado el momento de, "derecho al pataleo", no debemos regodearnos en el charco del victivismo más tiempo que el justo y necesario.
Ahora, me siento igual de cansada físicamente, pero el alma va cogiendo un color que no tenía cuando comencé a escribir ésta entrada. Quizás necesitaba decirme ésto en voz alta para enterarme de que hay que tener un motivo para quejarse. Tengo los míos, no cabe duda, pero..siempre hay alguien que tiene otros más grandes que los míos y si éllos rien y viven ¿quíen soy yo para estar triste?. ¿Necesitamos las penas de los demás para que las nuestras nos parezcan más livianas? ¿se llama ésto egoismo?.